sábado, 3 de octubre de 2009

Un Millon de Veces


Foto por: clarapeix


Primer Acto

-Quieres ser mi novia?- Dijo el chico, titubeando, mientras recogía el lápiz de su compañera que había caido al suelo.

-Sí- Respondio ella sin demora; como si estuviera esperando aquella pregunta desde hace mucho. El chico enrojeció. No creía que ella se lo fuera a tomar en serio.

"Ahora que hago?" pensó para sí mismo. "Ya sé! Ando con ella una semana y luego la corto. Así no se sentirá mal al enterarse que solo era una broma."

La campana sonó y todo mundo comenzó a salir apresuradamente del salón.

-Nos vemos, novio- Dijo la niña mientras recogía sus cosas y salía del salón. El chico aún seguía paralizado con una rodilla en el suelo. Había adoptado esa pose para recoger el lapiz y ahora le resultaba tremendamente dificil enderezarse.

Su rostro parecía enfocarse en algo que pasó hace mucho.Como si solo su cuerpo inherte se mantuviera alli y su mente estuviera divagando en otro lado. O en otro tiempo. Como si nadie estuviera en el mundo mas que los personajes de su sueño. Soñaba despierto, y dormía mientras se encontraba solo en el salón.

Segundo Acto

-Jamás te dejaré. Algun día nos casaremos  y traeré el pan a tu mesa, ya lo verás.- Decía el chico tiernamente a su novia. Habían pasado ya seis meses desde el incidente del lapiz. Lo que en un principio fue, para él, una broma se había convertido en su vida entera.
-¿Si te casarías conmigo?- Pregunto mientras se apartaba de ella mirandola enamorado.

La chica solo se limitó a sonreir ante tan increible proposicion. Ella no estaba lista para hacer planes aún. Habia pasado por esto miles de veces antes. Sabía por experiencias pasadas que era mejor vivir en el momento. Uno no debe apresurarse. O podrían llegar profundas decepciones en el futuro…

Tercer Acto

-Te quiero…- Dijo el chico con una sonrisa. Aquella que se fue desvaneciendo poco a poco al no encontrar respuesta. Las palabras se perdieron en la negrura de la noche para no volver jamás. ¿Que había hecho mal? Aún no lograba comprender. Si él le dió todo. ¿Por que ella se comportaba así?

Los problemas habían comenzado. Ella estaba confundida, hastíada de la relacion, se había hartado de la avidez con la que su novio decia las cosas. Creyó que lo mejor sería terminar, pues no podía seguir con una persona así de dependiente. Simplemente era un problema.

Tal vez el chico tenía sus defectos, pero eso era algo que se podía resolver. Tal vez él podría llegar a ser lo mejor que se encontrara jamás. Ademas, la quería mucho y la cuidaba como si fuera la ultima rosa en su jardín. ¿¡Que más podria pedir alguien de un novio!?

Cuarto Acto

Despues de un mes, las cosas cambiaron: ambos crecieron, ambos amaron, ambos lloraron. Despues de treinta días que les parecieron eternos, ella se sentía suficientemente madura como para arreglar las cosas.

Decidió visitarlo en el aula en la que debería encontrarse al final de clases. Recordaba muy bien el asiento en el que el se sentaba. ¡Como olvidar aquél lugar en el que se hicieron novios!

Al atravesar la puerta y ver el pupitre vacío temió lo peor. Comenzó a buscarlo con la mirada con la desesperación que una madre busca a su hijo perdido. ¡No podía haberla abandonado!

Lo encontró por fin, arrodillado frente al pupitre de una compañera. Le oyó pronunciar las palabras que más la harían retorcerse de dolor. Un dolor en el corazón y un vacío en el estomago. Ese nudo que es causado por una angustia terrible. Justo antes de que la campana que anunciaba el fin de las clases, le oyó decir:

-¿Quieres ser mi novia?-

FIN


2 comentarios:

Silencios dijo...

Si fuera actriz seria un honor representar tu obra, Gonzalo.
Ainsss!!! Claro!!! y unos cuantos años menos, ufff
sssshhhh.

Mis besos chiquitín

Anónimo dijo...

Lo visualizo perfectamente... Más como una narración con video que como una obra de teatro...

=]

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